Hay un viento sideral
que despeina mis ideas
abrazando herido la
paranoia de mi figura
opaca por la niebla.
Viento que desordena
soledades atracadas en
el puerto del delirio emocional.
Emociones del alma, el cuerpo
y los brazos lánguidos
por el calor y la espesura
del angosto patio de butacas
de un teatro crecido en
el silencio de su publico.
Y así, sin más, sin quererlo
y sin vivirlo, troceo
las agmidalas de un cuerpo
inerte por el tiempo
(y el olvido).
Niña anterior
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tengo tus certezas impresas en mis ojos
aunque ahora pesan menos que el aliento de un pájaro
tu impaciencia atragantada al borde del hallazgo
ahora es u...